Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades».
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Es Bethania que encontró mi corazón
Es Bethania, mi camino es verdad.
Es tu casa, es mi casa, es de Dios.
Es Bethania, un mensaje de amor y de paz.
Un hogar que me acoge con calor. Es Bethania que me inspira ese amor
Que me ayuda en el dolor.
Es Bethania mi camino es verdad.
Tu mensaje es la respuesta a mi oración.
Salmo 33: El Señor, Proveedor y Salvador
Ant. 1: “El Maestro está ahí y te llama.”
Bendeciré al Señor en todo tiempo;
Continuamente estará Su alabanza en mi boca.
En el Señor se gloriará mi alma;
Lo oirán los humildes y se regocijarán.
Engrandezcan al Señor conmigo,
Y exaltemos a una Su nombre.
Busqué al Señor, y El me respondió,
Y me libró de todos mis temores.
Los que a El miraron, fueron iluminados;
Sus rostros jamás serán avergonzados.
Este pobre clamó, y el Señor le oyó,
Y lo salvó de todas sus angustias.
El ángel del Señor acampa alrededor de los que Le temen,
Y los rescata.
Prueben y vean que el Señor es bueno.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!
Teman al Señor, ustedes Sus santos,
Pues nada les falta a aquéllos que Le temen.
Gloria al Padre…
Ant. “El Maestro está ahí y te llama.”
Cantico (1 Cro 29,10-13)
Sólo a Dios honor y gloria
Ant. 2: María le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.”
Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuánto hay en cielo y tierra, tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria, tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro, nosotros te damos gracias, alabando tu nombre glorioso.
Gloria al Padre…
Ant.: María le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.”
Salmo 137: Acción de gracias
Ant. 3: Dijo Marta a Jesús: “Yo creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre:
Por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
Gloria al Padre…
Ant. Dijo Marta a Jesús: “Yo creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.
Eclo 6:14-16.
Un amigo fiel es una protección segura; el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio; su valor no se mide con dinero.
V. Dios los eligió y los predestinó.
R. Dios los eligió y los predestinó.
V. Los hizo morar en su templo santo.
R. Y los predestinó
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Dios los eligió y los predestinó.
Ant. : “Jesús amaba a Marta, María y a Lázaro”.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre…
Antífona: Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Hermanas, nos unimos a las palabras de Marta a Jesús: “Señor; yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá.” Con esta misma confianza puesta en el Señor, le dirigimos nuestras suplicas diciendo:
Jesús amigo de Bethania, escúchanos.
Señor, tu Iglesia está llamada a ser un Bethania, una verdadera “casa”, que acoge y mantiene las puestas abiertas a tu presencia en los hermanos.
– Concédenos ser una Iglesia capaz de acoger y servir a todos especialmente a los más pobres, excluidos y discriminados.
Señor, que derramaste el carisma de Betania sobre Nuestras Mares Fundadoras.
– Concédenos ser fieles a nuestra vocación religiosa y al carisma de esta Congregación.
Señor Jesús, que fuiste acogido en el hogar de Bethania.
-Haz que también nosotras podamos ser servidoras fieles de tu reino.
Señor, tu que acudiste al llamado de tus amigas en Bethania ante la muerte de su Hermano.
-Danos la audacia necesaria para acoger, ayudar y servir con entrega generosa a nuestros hermanos que sufren.
Señor Jesús: tú aceptaste la hospitalidad del Hogar de Bethania conformado por Marta, María y Lázaro; tú encontraste e en su casa un hogar y un descanso y acogida, apertura a tu palabra, servicio y amistad. Concédenos fina sensibilidad para estar abiertos a acoger a nuestros hermanos y descubrir en ellos tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Conclusión
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
¿Quieres saber más de nosotras? si es así, no dudes en visitar nuestras paginas web o escribirnos